perdida y encontrada

Thursday, December 28, 2006

Karaokiño

El karaoke es un invento GENIAL para evitar las discusiones en estas entrañables fiestas. Entre Bisbales, Amarales y la edad de oro del pop español nos pasamos la Nochebuena y la Navidad pero entonces surgió la voz discordante que pidió algo más enxebre, un Miudiño acompasado ou o Himno galego en versión calé. Ante este vacío existencial y musical, hoy se obró el milagro cuando en el banco me regaló el KARAOKIÑO!!!! con lo mejor de lo mejor: sí,sí, el Miudiño, el Himno para que hagas la versión que más te guste, A saia de Carolina e todo tema que se precie para una xolda. Como dijo mi primo: ¡Si solo hay canciones para borrachos!

Saturday, December 23, 2006

Olores

No es que me parezca al protagonista de El Perfume, pero yo tambien me guío por el olfato y me he dado cuenta que tengo una memoria de narices, nunca mejor dicho. Hoy fue un día extraño, prenavideño, con el aroma de la tristeza impregnado en el nudo que se forma en la garganta cuando estás acongojado. Curiosamente, no sé si por mi estado de melancolía permanente, lo cierto es que tuve una sensibilidad especial para el sentido que muchos pensamos que está atrofiado.
Primer olor: el portal de la casa de mi tía: sí, mi tía se fue a comprar un piso en el edificio de mis peores pesadillas, donde vivía cuando era pequeña la practicante que me pinchaba el culo mes sí y mes también para mis continuas infecciones de gargante. Por eso, cada vez que le hago una visita, me imagino subiendo las escaleras para abandonarme al castigo de Petra, mi torturadora particular hasta los cinco años.
Segundo olor: El Corte Inglés. Si tuviese que hacer un ranking de los sitios que más odio de Coruña, seguro que el primero sería este. Me repugna y su olor me marea, pero tuve que ir obligada por los caprichos de un ahijado friki que busca videojuegos casi inéditos. Al final, lo de siempre: la cabeza ida y el estómago revuelto. No falla. Ah, y no encontré el dichoso jueguecito
Tercer olor: a viejo. Identifico un anciano con los ojos cerrados, y tomar café en un bar que parecía un geriátrico a la hora punta de la partida de tute fue toda una saturación olfativa. Aunque tambien olía a hospital...curioso ¿no?
Cuarto olor: a la soledad.