Lori Meyers 1-Deluxe 0

El microclima de Arousa se esfumó al atardecer y el aire gélido contagió el ambiente del Festival do Norte (nunca mejor dicho). El público, con las manos en los bolsillos, y los artistas, casi con similar actitud a pesar de los esfuerzos de J-planeta, transformado en solynieve, que con un megáfono en mano puso el punto friki de la noche interrumpiendo las canciones de sus colegas. Sr. Chinarro no consiguió traernos el calor de su Sevilla, y salvo El rayo azul y la famosa tonadilla del montón..(el que era mío!), Luque parecía más un párroco recitando en misa letras formidables pero, esta vez, sin la electricidad esperada.
Entonces llegaron ellos. El cantante de Lori Meyers tenía frío, porque venía de los 40 grados de Granada, según nos contó, y se empeñó en montarla. Empezaron con De superheroes, y bombardearon sin tregua con todos sus hits más cañeros, la mayoría de su ya adulto Viaje de Estudios y a pesar de ser aún unos niños, dieron todo un cursillo rápido de como animar un festival. Entonces si que se esfumó el aire del norte, la gente gritó, saltó y los ajenos a este grupo se mostraron encantados de haberlos conocidos, a pesar de que se encontraban esperando a Deluxe.
El debate sobre Xoel López ya no se instala solo en su comercialidad y pérdida de indentidad indie tan criticada por los enteradillos tipo Rockdelux, porque Lori Meyers bien podrían ser un grupo para todos los públicos y sus letras y sus melodías se caracterizan por no renunciar a la calidad. Deluxe pierde frescura, se cree una estrella del rock y se le nota en su actitud sobre el escenario dirigiendo el cotarro en exceso y parece que, definitivamente, ha renunciado a su pasado. De su estupendo debut Now what you had thought, ni rastro, y del inolvidable If things were to go wrong, sólo sus dos testigos en castellano, Que no y Bienvenido al final, en un show dominado por el flojo Fin de un viaje infinito, que, visto ahora, tiene un título más que irónico. No sabemos si la Virgin manda y obliga el repertorio, o si Xoel se ha acomodado para siempre como un artista más en la onda de Quique González, porque, oh Dios mío!!esas trompetas no pintaban nada...
En definitiva, que para mi el pez pequeño se comió al grande y los Lori ganaron por goleada al que fue su profesor...