Sueños interruptus
Yo nunca practico el deporte nacional, es decir, la siesta. Soy incapaz de cerrar los ojos después de comer, y si lo hago, me quedo sumida en un estado de atontamiento del que difícilmente me recupero a lo largo del día. Pero siempre hay una excepción, un lugar donde nunca falla la cabezadita y una agradable sensación de modorro que me invade todo el cuerpo: el tren. Hoy volví a experimentar ese estado onírico medio real medio imaginario acompañado del traquetreo del vagón pero siempre frustrado por el mismo factor: el revisor. Oyes su click, click en la lejanía, y como un resorte, te incorporas y sufres del frustrante "sueños interruptus"...
2 Comments:
At 6:29 AM, PepeDante said…
A mí me sucede igual. Soy incapaz de echar una siesta, y si lo hago, me sienta fatal. Eso sí, monto en cualquier medio de transporte y me quedo traspuesto. Suele pasar que cualquier incidencia del viaje me medio despierta, dejándome un poco confuso, lo que me lleva a preguntarme la incoherencia de si estoy soñando todo lo que me rodea o es lo que me rodea lo que me está soñando a mí.
At 11:21 AM, Baubita said…
Hace mucho que no voy en tren pero sí, sí he experimentado ese momento... Donde si duermo es en el coche, y oye, no me sienta tan mal...
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